El querido deshollinador era de buen comer, como se acostumbra decir por aquí. El sentía gran simpatía por la panadera, al igual que ella por él. No era de extrañarse, que la harina, a la cual por la razón antes mencionada, a la que él se acercaba, hacía del oficial de por si negro en un hombre blanco. Su profesión y su ardiente flirt con la hermosa maestra le ocasionaron la sed, que saciaba en la taberna vecina. Como cada vez se encontraba más seguido al deshornillador allí, los vieneses, bautizaron en su forma incopiable de simplificar las cosas de la vida, de una vez todo el local como “Zum Weissen Rauchfankkehrer” (“A donde el deshornillador blanco”).
Hoy en día el restaurante “Zum weissen Rauchfangkehrer” lo mejor de la cocina vienesa. En una atmosfera inimitable disfrutan, con lo que ya el emperador se dejaba consentir. Los ingredientes vienen mayormente de granjas austriacas y son llevadas frescas a diario. Claro que la preparación de las comidas tradicionales se considera el gusto de hoy en dia.